La interrupción del suministro eléctrico, que duró más de 10 horas en algunas áreas, afectó a millones de personas en todo el país y mostró la inestabilidad persistente en la red
El extenso apagón que dejó a gran parte de Venezuela sin electricidad este viernes 30 de agosto revela graves debilidades en el sistema eléctrico del país y destaca las consecuencias de años de mala gestión y falta de inversión bajo el régimen de Nicolás Maduro. La interrupción del suministro eléctrico, que duró más de 10 horas en algunas áreas, afectó a millones de personas en todo el país y mostró la inestabilidad persistente en la red.
El ingeniero eléctrico José Aguilar advirtió que el apagón no fue un incidente aislado, sino una señal de problemas más profundos dentro del sistema.
“Esto no es un simple incidente que se resuelve en unas horas; es una señal de que algo más profundo está fallando y que no se está siendo transparente con la situación. Ellos son expertos en mentir”, comentó en una entrevista con el medio venezolano Efecto Cocuyo.
Aguilar subrayó que la falla ocurrió durante un momento de baja demanda eléctrica, lo que debería haber facilitado el manejo del sistema, pero en lugar de eso, expuso su vulnerabilidad.
También señaló que la lenta respuesta del sistema es preocupante, ya que cada minuto que pasa sin solución incrementa las deficiencias existentes.
“A medida que se sigue prolongando [la falla], tenemos deficiencias que no se pueden corregir”, dijo al citado medio. Esta situación se ve agravada por la falta de información clara y oportuna por parte del régimen chavista, lo que genera dudas sobre la magnitud real del problema.
La falta de transparencia ha sido una constante en la gestión del sistema eléctrico venezolano. Aguilar criticó que el régimen de Maduro no ha proporcionado datos públicos sobre el estado del sistema en más de 5.000 días, lo que impide una evaluación precisa de la situación.
“La opacidad con la que se maneja la información del sistema eléctrico en Venezuela, que ya acumula más de 5 mil 35 días sin datos públicos sobre su funcionamiento, impide conocer la verdadera magnitud de la situación”, afirmó.
Maduro ha sostenido en múltiples ocasiones que los apagones son causados por actos de sabotaje, pero Aguilar cuestiona esta explicación. “La tesis del sabotaje se vuelve difícil de sostener ante la falta de pruebas concretas y la realidad de un sistema que, incluso si fuera saboteado, debería poder recuperarse con mayor eficacia si estuviera en buen estado”, argumentó.
En su opinión, la verdadera prueba de la capacidad del sistema radica en el poder de recuperación, algo que actualmente parece estar fuera de control.
Mientras tanto, en varias regiones de Venezuela, como Caracas, Portuguesa, Carabobo, Mérida y Aragua, la electricidad se ha ido restableciendo de forma gradual, aunque no sin dificultades. En algunas zonas, como Bolívar, la energía volvió solo para apagarse nuevamente una hora después.
En otras, como Maracaibo y Táchira, persisten las interrupciones del servicio, y en los lugares donde se ha restablecido, los residentes informan sobre fluctuaciones en el suministro.
El apagón también tuvo un impacto en la capital, donde el Metro de Caracas y otros sistemas de transporte permanecieron fuera de servicio. En respuesta, el ministro de Transporte, Ramón Velásquez Araguayán, anunció la activación de 250 autobuses para facilitar el transporte superficial en Caracas y sus alrededores, pero estas medidas han resultado insuficientes para mitigar el impacto del apagón.
Vladimir Padrino López, ministro de Defensa, informó que se ha activado el “Plan Centella”, que incluye el despliegue de vehículos para ayudar en el transporte de la población y la movilización de ingenieros militares para reparar los daños en la infraestructura eléctrica.
En Caracas, los ciudadanos expresaron su escepticismo sobre las explicaciones oficiales del gobierno. “Algo más debe estar pasando o debe estar por pasar para que esto ocurriera justamente hoy”, dijo un transeúnte a Efecto Cocuyo.