La nación suramericana tenía seis grandes masas de hielo en la Sierra Nevada. La última que quedaba, llamada Humboldt, ya es “demasiado pequeña para ser clasificada como glaciar”.
Para las personas del estado venezolano de Mérida, los picos con glaciares de su Sierra Nevada han sido un motivo de orgullo desde tiempos inmemoriales porque las montañas forman parte de la identidad regional y se convirtieron en el origen de diversas leyendas de la zona que las relacionan con unas águilas blancas míticas. Sin embargo, de los seis glaciares que coronaban sus montañas ya no queda ninguno.
La Iniciativa Internacional sobre el Clima y la Criosfera (ICCI, por su sigla en inglés), una organización de defensa de la ciencia, declaró recientemente que el glaciar Humboldt -también conocido como La Corona- ya es «demasiado pequeño para ser clasificado como glaciar». En marzo, científicos venezolanos habían advertido que el glaciar había pasado de tener 450 hectáreas a sólo dos.
«Nuestros glaciares tropicales comenzaron a desaparecer desde los años setenta y se siente su ausencia. Es una gran tristeza y lo único que podemos hacer es usar su legado para mostrarle a los niños la cosa tan bella que era nuestra Sierra Nevada», dice en entrevista con Noticias Telemundo Alejandra Melfo, astrofísica de la Universidad de los Andes en Mérida.
Los glaciares son grandes masas de hielo que se han formado debido a la acumulación de nieve durante siglos. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por su sigla en inglés), suelen existir donde las temperaturas medias anuales alcanzan cerca del punto de congelación y las precipitaciones invernales originan importantes acumulaciones de nieve.