Según el comunicado oficial, la acción atribuida a Nicolás Maduro es parte de una campaña de “hostigamiento, intimidación y violencia psicológica” contra los asilados. Además, exigieron al Secretario General de las ONU que “actúe con la urgencia y determinación que esta situación demanda”.
La Cancillería Argentina condenó con firmeza la detención de un empleado de la Embajada en Caracas, calificándola como “arbitraria e injustificada” y señalando que constituye “una violación flagrante de las normas internacionales”.
La situación escaló en las últimas horas luego de que la OEA denunciara que un francotirador chavista se encontraba rodeando la Embajada argentina en Caracas y que la cartera de Seguridad informara que un gendarme fue secuestrado el último viernes cuando ingresó a Venezuela para visitar a su familia.
“Esta detención no es un hecho aislado, sino parte de una campaña sostenida de hostigamiento, intimidación y violencia psicológica contra los asilados y empleados de la misión argentina”, aseguraron desde el Gobierno.
“A ello se suma la presencia de francotiradores apostados frente a la sede y la ocupación ilegal de las viviendas vecinas, configurando un cerco de facto con el claro objetivo de ejercer presión y generar un clima de terror sobre quienes se encuentran en el interior de la representación diplomática”, sigue el documento.
La Cancillería de Milei fue tajante, exigió al gobierno bolivariano de Venezuela la liberación inmediata del empleado local y volvió a reclamarle a Maduro “la entrega de los salvoconductos para las personas asiladas en la sede diplomática”.
La denuncia de Cancillería ocurrió horas después de que se conociera la detención de un gendarme argentino cuando intentaba ingresar a Venezuela desde Colombia.
La familia de un gendarme argentino denunció que el efectivo fue secuestrado en Venezuela por el gobierno de Nicolás Maduro. La información fue confirmada a TN de distintas fuentes oficiales.
Según pudo saber este medio, los allegados indicaron que se trata de Agustín Nahuel Gallo, un gendarme catamarqueño que fue detenido por las Fuerzas de Seguridad de Venezuela cuando intentaba ingresar a ese país el último domingo. Sin embargo, a partir de ese momento, no se supo más nada de él.
Gallo había viajado para visitar a su pareja que vive allí desde mediados de año e ingresó por la frontera con Colombia, entre Cúcuta y Táchira. En cuanto el agente fue al aeropuerto de San Cristóbal, uno de los más grandes de esa zona, lo detuvieron y le pidieron documentación. La familia denuncia que fue en ese intercambio cuando se lo llevaron.
Además, indicaron que el gendarme se encuentra incomunicado luego de que le secuestraran su teléfono celular y se lo llevaran en una combi negra.
Luego de este hecho, se abrieron diversos puentes de negociación, principalmente a través de Brasil y Colombia, que son los intermediarios que tiene la Argentina, ya que no tiene conversación directa con Venezuela.