
El actor de 62 años llevó su cuerpo al límite, mientras la película explora los riesgos de la inteligencia artificial y redefine los estándares del cine.
Finalmente llegó el día y el esperado estreno de Misión: Imposible: Sentencia Final, la octava y última entrega de la icónica saga protagonizada por Tom Cruise, arribará a los cines. Esta película no solo representa el cierre de una franquicia que ha redefinido el cine de acción durante casi tres décadas, sino que también ha superado numerosos desafíos durante su producción, desde retrasos por la pandemia hasta complejas acrobacias que desafían los límites de lo posible.
La producción de esta entrega estuvo marcada por múltiples obstáculos. El rodaje, inicialmente planeado para 2021, enfrentó retrasos debido a las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia de COVID-19 en 2020. Posteriormente, una huelga histórica de actores y guionistas en Hollywood complicó aún más los planes. Además, la complejidad de las escenas de acción y problemas técnicos, como el fallo de un submarino valorado en 29 millones de dólares, incrementaron los costos de producción, elevando el presupuesto total a unos 400 millones de dólares.

El elenco de esta entrega también ha generado grandes expectativas. Además de Tom Cruise, quien regresa como el icónico Ethan Hunt, la película cuenta con la participación de actores recurrentes como Ving Rhames y Simon Pegg, así como nuevos talentos como Hannah Waddingham y Nick Offerman. Esta combinación de rostros familiares y nuevos aporta una dinámica renovada a la saga, mientras que las relaciones entre los personajes adquieren mayor profundidad en comparación con entregas anteriores.

Durante la grabación, Cruise tuvo que enfrentarse a condiciones extremas, incluyendo limitaciones físicas y de tiempo. Según relató McQuarrie, el actor disponía de solo 12 minutos para completar la escena antes de que su cuerpo sucumbiera al impacto del viento. En un momento crítico, Cruise quedó exhausto sobre el ala del avión, lo que generó preocupación entre el equipo. Sin embargo, logró reponerse, completar la toma y aterrizar el avión de manera segura. “Nadie en la Tierra puede hacer eso”, afirmó McQuarrie, destacando la dedicación y el compromiso del actor.

Durante una conversación en el Grand Théâtre Lumière de Cannes, McQuarrie reflexionó sobre su carrera y su visión del cine, destacando su compromiso con la experiencia en pantalla grande. Según el director, el cine es un espacio único donde las personas se reúnen para compartir historias, algo que considera en riesgo debido al auge del streaming. McQuarrie subrayó que su enfoque en la franquicia Misión: Imposible busca fusionar el arte y el entretenimiento, utilizando el medio cinematográfico para transmitir significado y generar comentarios. En sus palabras, “lo que define al cine para mí es la fusión de ambos”.
La relación profesional entre McQuarrie y Cruise comenzó en 2009 con la película “Valkyrie” y desde entonces han trabajado juntos en múltiples proyectos, incluyendo once películas. Ambos coinciden en que el éxito de la industria cinematográfica depende de la colaboración y no de la competencia entre producciones. McQuarrie señaló que películas como “Top Gun: Maverick”, también protagonizada por Cruise, son fundamentales para atraer al público a las salas de cine y mantener vivo el “mecanismo” que permite la creación de proyectos más arriesgados.

El estreno de Misión: Imposible: Sentencia Final no solo marca el final de una era para la franquicia, sino también la despedida de Tom Cruise como Ethan Hunt, un personaje que comenzó a interpretar en 1996 con la primera película de la saga. Esta última entrega promete ser un cierre épico, combinando acción, tecnología y emociones para satisfacer a los fanáticos que han seguido la serie durante casi tres décadas.