María Corina Machado, referente de la disidencia en el país caribeño, fue inhabilitada por 15 años tras ganar unas elecciones primarias y convertirse en candidata para las presidenciales. Hoy, denuncia que sigue en campaña “en condiciones inéditas”.
María Corina Machado es un referente en la oposición al actual gobierno de Venezuela. Su discurso siempre estuvo claramente en contra del gobierno de Hugo Chávez y se erigió como la principal candidata para enfrentar a Nicolás Maduro en las elecciones de este año.
“La inhabilitación es solo uno de los obstáculos que quisieron ponerme en el camino. Hay una candidatura totalmente perseguida: tengo parte de mi equipo preso, no me dejan viajar en avión, cortan la ruta”, denunció la profesora e ingeniera industrial en diálogo con TN.
“Estoy haciendo campaña en condiciones inéditas porque nunca, en 25 años de régimen chavista, enfrentamos una elección presidencial donde tenemos el 80% del apoyo popular, nunca había ocurrido”, denunció.
La dirigente es consciente de que el actual gobierno “es un régimen que está dispuesto a todo” para impedirle llegar a presentarse a los comicios. “En Venezuela hay una feroz tiranía que viola los derechos humanos y comete crímenes de lesa humanidad, que está asociado a Irán y Rusia. Que expulsó a una cuarta parte de la sociedad”, señaló la líder del partido Vente Venezuela.
-¿Teme por su vida, por la posibilidad de una detención arbitraria?
-Todos tenemos que temer en Venezuela por nuestra integridad física y por nuestra libertad. Es un régimen que está en su momento de mayor debilidad. Sabe que perdieron completamente la base social y que los mecanismos de extorsión que han usado durante años amenazando a las madres que le quiten la bolsa de comida, que no le van a dar el bono, que persiguen a sus familias. Lo que me dicen las madres en todas partes del país es, “¿qué más me van a quitar si me han quitado a mis hijos, que han tenido que emigrar?”. Frente a esta realidad, a ellos lo que les queda es la represión. En este momento, yo tengo cuatro miembros de mi equipo que están secuestrados por la tiranía. Hubo desaparición forzosa. Durante 27 días no sabía dónde estaban tres de los jefes de nuestras campañas en tres estados del país y hoy están recluidos en el SEBIN, que es el centro de tortura más grande de América Latina. Es decir, obviamente que la amenaza es brutal y por eso es tan importante que el mundo y, sobre todo, América Latina entienda la oportunidad real que tenemos en Venezuela para la derrota de este régimen y que todos, absolutamente todos los gobiernos y los actores internacionales tienen que hacerle entender a Maduro que esa es su única opción, que no puede irse por una ruta estilo Nicaragua porque el mundo no lo va a tolerar y los venezolanos tampoco.
-¿Por qué habría elecciones libres en Venezuela?
-Porque el costo de permanencia también es infinito y se hace más grande cada día. Se ha convertido en una lucha existencial y espiritual y hay que verlo así. Y la secuencia es muy importante, creer que Maduro va a ir porque sí a una elección que va a perder es absolutamente ingenuo. Nosotros le dimos el año pasado con las primarias la derrota social y espiritual rotunda, algo que nadie esperaba. Casi tres millones de venezolanos, de un padrón efectivo de 13 millones, dentro y fuera de Venezuela salimos a votar. Yo tuve más del 90% de la confianza y el apoyo. Esto fue una señal inequívoca, de que se rompió completamente esa relación de miedo y de sumisión que durante años impuso el chavismo. Ahora tenemos que ir a un proceso de una derrota política para después ir a una derrota electoral. ¿En qué consiste esa derrota política? Que el régimen entienda que su mejor opción es una negociación con nosotros para poder avanzar hacia una transición pacífica. Irse por una ruta que desconoce el acuerdo de Barbados, que desconoce el mandato que se dio el 22 de octubre para que yo sea la candidata de la oposición, pretender, imponer a dedo, porque eso es lo que quiere Maduro, cortar mi cabeza para después poner un segundo, un tercero, un cuarto, hasta que llegue el candidato que a él le dé la gana, que a él le convenga, el que él está seguro que puede derrotar, es algo que los venezolanos ni el mundo vamos a tolerar. Eso no le conviene. Esa es la derrota política para ir entonces a una derrota electoral.
-Meses atrás, tuvo mucha repercusión la disputa por el Esequibo. Independientemente de la disputa histórica, es necesario hablar sobre la utilización política de esto por parte del régimen de Nicolás Maduro. ¿Teme usted que acorralado, desesperado, pueda incluso arrastrar a Venezuela a un conflicto bélico, a una guerra o hasta un conflicto interno?
-Ellos son capaces de cualquier cosa y lo han demostrado. Sin embargo, yo creo que, en este caso, esta iniciativa les salió muy mal. Una cosa, como bien dicen, son los derechos históricos incuestionables que tenemos los venezolanos sobre el Esequibo, eso no se discute. Pero convertirlo en un tema politiquero generó una reacción, primero, a nivel de la sociedad totalmente contraria a ellos. Convocaron un absurdo referendo el 3 de diciembre y nadie fue a votar, nadie, a pesar de las amenazas, a pesar de todo tipo de extorsión. Y no ha habido un caso donde internacionalmente Maduro haya estado más aislado. Hasta Cuba lo abandonó. Creo que este es un tema que ellos mismos han entendido que tiene un riesgo monumental y que no tiene el beneficio político con el cual estaban contando.
-¿Fue un error haberle dado tantas instancias de negociación, de parte del arco opositor, al régimen? Usted es conocida como una dura, alguien que ha sido muy intransigente con el chavismo, incluso en tiempos de Hugo Chávez Frías. ¿Cree usted que esto lo único que hizo fue darle más tiempo en el poder al régimen?
-Creo que se cometieron muchos errores subestimando la naturaleza del régimen, sin lugar a duda. Y creo que el régimen encontró mecanismos con los cuales podía ir penetrando todos los sectores de la sociedad, con extorsión, con amenaza a la familia, con mucho dinero. Y eso generó, obviamente, circunstancias de traiciones terribles, fue creando una profunda desconfianza en la sociedad venezolana hacia la política y ciertos políticos. Y eso fue lo que nos generó unos años, digamos, de mucha desmoralización. Sin embargo, lo que vimos el año pasado, fue algo monumental. El país se fue despertando y despertando hasta ese día glorioso y épico de las primarias, donde el mundo entero y nosotros mismos no podíamos creer lo que estaba ocurriendo en términos de la organización ciudadana. Y lo que yo te quiero decir es que estamos en otro nivel. Yo acabo de regresar, de recorrer todo el oriente de Venezuela. Estoy impresionada porque en una zona donde no hay gasolina, donde no hay transporte público, todos los medios están censurados. Me bloquean las rutas con asesinos armados para que yo no pueda llegar a los pueblos. Y aún así aparecen miles y miles de personas que caminan cuatro o cinco horas para llegar a encuentros y que me dicen, “nosotros te pusimos a ti, confiamos en ti y vamos contigo hasta el final. No nos puedes defraudar, mantente firme”. Es decir, aquí hay un país que tiene claro lo que está en juego hoy en día. Yo veo todos estos análisis de encuestólogos, analistas, visionarios, predictores. En todas sus fórmulas aparece lo que piensa el mundo entero, menos la gente. Para ellos la gente no importa y la gente es hoy lo que nosotros tenemos y es hoy la fuerza con la que vamos a derrotar este sistema. No lo dudes.
-¿Encuentra usted a un aliado en Javier Milei?
-Yo no tengo duda que es un gran aliado de la libertad en Venezuela y en toda la región. Como lo son también muchos miembros de su coalición, y lo estamos viendo en el Congreso argentino, lo estamos viendo en distintas instancias, porque al final, más allá de las afinidades ideológicas que podemos tener, lo que está en juego en Venezuela es la lucha por la libertad versus la opresión, por la justicia frente a un sistema no solo de corrupción, sino de devastación. Es la lucha por tener en nuestros países la posibilidad de tener a nuestras familias viviendo unidas y no regadas por el mundo. Venezuela se ha convertido en la puerta y en el santuario para las actividades de agentes de Rusia, de Irán. La semana pasada (el 20 de febrero) estuvo en Venezuela el canciller ruso, y esto es algo que ya se muestra sin pudor. Venezuela se ha convertido en el santuario para las operaciones del cartel de Sinaloa, de la guerrilla colombiana. Es decir, es un foco de desestabilización y de la mafia. Y mucha gente dice, “¿cómo vamos a poder los venezolanos derrotar esto?” Con aliados. Con aliados que entiendan que no es solamente Venezuela, es también el interés de Argentina y de América Latina lo que está en juego hoy en día en nuestro país.
-Y también el santuario para grupos terroristas, y me refiero para nombrarlo claramente, de Hezbollah, por ejemplo.
-Absolutamente. Y está más que demostrado que se le han entregado pasaportes, identidad venezolana, y se ha usado el sistema financiero venezolano en el pasado, antes de las sanciones, para facilitar recursos a estos tipos de grupos y a Irán.
-Este es un año muy importante en líneas generales, para la actualidad internacional, pero en particular porque hay elecciones en los Estados Unidos. ¿Entiende usted que podrían contar con un mejor aliado si se produce el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca?
-Creo que a pesar de los sui generis de esta elección y de las enormes tensiones que hay en prácticamente todos los temas que se están debatiendo en los Estados Unidos, Venezuela se ha mantenido como un tema de apoyo bipartidista. Yo acabo de estar en la Casa de Representantes, en la Comisión de Asuntos Exteriores, y hubo una participación de representantes de ambos partidos. Lo mismo logramos con comunicaciones y declaraciones que ha habido, resoluciones de la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, con senadores republicanos y demócratas. Yo creo que está muy claro para los Estados Unidos que es un tema de seguridad nacional, la resolución del conflicto venezolano, por todos los temas que mencioné antes, desde narcotráfico, terrorismo, desestabilización política, razones ideopolíticas con Rusia e Irán y desde luego la inmigración. Y tenemos que mantenerlo así, porque al final esto tiene que estar por encima de las disputas entre ambos partidos que son legítimas, que ocurren en democracia. Esto es un tema de seguridad hemisférica, resolver el conflicto venezolano.
-Y, en este contexto, ¿qué puede pasar si no hay un escenario de elecciones? ¿Cree usted que está sobre la mesa la posibilidad de una intervención y eventualmente hasta una intervención militar, involucrando a otros países en la resolución del conflicto venezolano? ¿Cree usted que esto es una posibilidad?
-Usted me preguntaba si era posible que no hubiese elecciones. Yo creo que le queda muy difícil a Nicolás Maduro, porque hoy vemos incluso hasta sus aliados o, digamos, gobiernos donde puede haber algún tipo de afinidad actual o en el pasado, que le ponen muy claro que no puede salirse del acuerdo de Barbados. El acuerdo de Barbados establece un marco nítido de que tienen que haber elecciones, como dice nuestra constitución este año, y cómo son esas elecciones. El primer punto del acuerdo de Barbados dice con precisión que cada una de las partes pueden escoger a su candidato como quieran. Los venezolanos ya lo hicimos el 22 de octubre y fue traído a unas primarias gloriosas, de modo que le queda muy difícil a Maduro salirse. Si lo hace, obviamente la reacción fundamental será una reacción de la sociedad venezolana. Este no es el mismo país de hace seis años, de hace cinco, de hace uno. Insisto, el régimen no solo perdió su base social, también perdió su capacidad de extorsión. Se ha ido rompiendo el miedo y ha ido creciendo la esperanza. Mi trabajo, y a eso yo estoy dedicada todos los días, es construir más y más fuerza ciudadana, con organización dentro y fuera. Y ver cómo los venezolanos se están organizando afuera, en Argentina, en Chile, en Colombia, en Europa, en Estados Unidos, donde hay un venezolano, nos estamos organizando, es la mejor razón para tener confianza en que nosotros vamos a lograr la libertad de Venezuela. Hace un año me decían que era imposible que hubiese primarias, que era imposible que el régimen permitiera que yo participara, y muchísimo menos que yo ganara. Y aquí estamos. Cada día tenemos más fuerza, ellos cada día están más débiles. Y los necesitamos ahora.
-¿Usted piensa que es una posibilidad sortear su inhabilitación designando a otra persona, dándole su respaldo a otro candidato?
-Absolutamente no. Eso sería desconocer el mandato que yo recibí. Eso sería decirle a la gente, no importa que ustedes hayan ejercido la soberanía popular, Maduro puede escoger a quien quiera. Porque si yo hago eso, me ponen a un lado, me cortan la cabeza, como algunos dicen, con generosidad, con magnanimidad, lo que está detrás es aceptar que Maduro ya ganó. Porque la siguiente persona, si no le gusta el régimen, si creen que la pueden derrotar, también le van a cortar la cabeza y la van a inhabilitar. Y al cuarto, y al quinto, y al décimo, hasta que llegue el candidato que Maduro quiera. Y eso sería aceptar, desde ya, la derrota. Maduro no puede escoger a su contraparte. Lo escogimos los venezolanos. Y la realidad es que hoy ellos no me quieren a mí, no porque no les guste mi nombre, ni mi apellido, como ellos dicen, no. El punto hoy es que ellos no aceptan, el régimen, la posibilidad de dejar el poder.
FUENTE: TN