Sorprendió al mundo tanto por su música como por su rebeldía. Desde sus primeras incursiones en el espectáculo hasta su status actual como leyenda viviente, la “chica material” desafió todas las convenciones. La reina del pop es una figura icónica que no necesita apellido para ser reconocida
“Creo que todo el mundo debería casarse al menos una vez, para que puedas ver qué es una institución tonta y anticuada”, dijo hace más de treinta años la artista de la que trata esta nota. Hizo su entrada en el mundo del espectáculo en 1983 con su álbum debut homónimo, y desde entonces no dejó de brillar. Impuso modas como los corpiños en forma de cono durante sus presentaciones de Express Yourself y Vogue; todas las jóvenes querían tener como ella, el espacio entre sus dientes frontales, brazos tonificados y un lunar encima del labio superior. Se consolidó como un ícono pop al adueñarse de su sexualidad y desafiar las convenciones establecidas. Sin embargo, la fama también conlleva sus retos, y algunos de estos problemas persisten para Madonna hasta el día de hoy.
Falta de imagen materna
Madonna, la notable e hiper ambiciosa “chica material” que nunca deja de reinventarse, vendió más de cuatrocientos millones de discos en todo el mundo, certificada por el Libro Guinness de los récords como la “solista femenina con mayores ventas de todos los tiempos”. Su carrera cinematográfica, sin embargo, es otra historia. Sus actuaciones generaron críticas mordaces o ridículas por parte de los críticos, y las películas tuvieron un éxito moderado. Madonna Louise Ciccone nació el 16 de agosto de 1958 en Bay City, Michigan. Se mudó a Nueva York en 1978 donde estudió con el renombrado coreógrafo Alvin Ailey. Se unió a Patrick Hernandez Revue, formó una banda de pop/dance llamada Breakfast Club y comenzó a trabajar con su novio Stephen Bray sobre la grabación de varias canciones estilo disco. El productor Mark Kamins pasó sus demos a Sire Records a principios de 1982 y el resto es historia.
Mientras su madre, Madonna Louise Fortin, estaba embarazada de la hermana menor de la cantante, fue diagnosticada con cáncer de mama. Debido a su embarazo, no se pudo tratar el cáncer a tiempo, y cuando nació el bebé, el tumor ya estaba en una etapa avanzada. Falleció en 1963, a los 30 años. Madonna, que tenía cinco años, y sus cinco hermanos quedaron bajo el cuidado de su padre, Silvio Ciccone.
La ausencia de una figura materna durante su desarrollo influyó en la personalidad abierta de Madonna. En una entrevista con Los Angeles Times, la artista comentó: “Parte de mi falta de inhibiciones proviene de la muerte de mi madre. Normalmente, las madres enseñan modales, pero yo no tuve esa guía para aprender esas normas”. Madonna reveló que experimentó un “sentimiento de vacío y anhelo” tras esa pérdida. Para llenar ese vacío, buscó la admiración de los demás. En una entrevista confesó que su deseo de aprobación impulsaba su ambición, diciendo: “Bueno, no tengo una madre que me ame. Voy a hacer que el mundo me ame”.
La diva también cuestionó la visión negativa del sexo promovida por ciertos grupos religiosos. “Siempre intenté abrir la mente de la gente para mostrar que no es algo de lo que avergonzarse”, dijo Madonna en una entrevista. En 1997, se hizo seguidora de la Cábala, una forma de misticismo judío, y la practicó durante casi una década. Sin embargo, decidió alejarse de ella cuando comenzó a afectar su relación con su entonces esposo, Guy Ritchie. Desde aquel momento, exploró varias religiones, pero nunca se comprometió plenamente con ninguna.
Sean Penn, su gran amor tóxico
Madonna tenía una beca para estudiar danza en la Universidad de Michigan, pero su verdadera aspiración era establecerse en Nueva York para avanzar en su carrera artística. Sin embargo, la realidad que encontró al llegar a la Gran Manzana a finales de los 70 fue dura. Fue víctima de robos en tres ocasiones, sufrió un asalto a mano armada y fue atacada sexualmente con un cuchillo. A pesar de estos desafíos, logró perseverar y alcanzar el éxito.
Aunque construyó un sólido currículum en la danza, esta carrera no la llenaba artísticamente, ya que no era el camino que había imaginado para sí misma. Pero su oportunidad para brillar estaba a la vuelta de la esquina con el lanzamiento de su primera canción, Everybody, en 1982. Aunque no logró entrar en el Top 100, alcanzó el número tres en la lista de Dance Club Songs de Billboard. Así fue como comenzó su ascenso estelar.
En el documental En la cama con Madonna, la estrella confesó que Sean Penn era “el amor de su vida”. Esta declaración fue algo que Madonna intentó eliminar de la película, ya que ella y Penn se habían separado y mientras se rodaba el documental, Madonna estaba saliendo con Warren Beatty.
Penn y Madonna se casaron en agosto de 1985, el día antes del cumpleaños número 27 de ella y el día en que él cumpliría 25. La relación fue tumultuosa, y surgieron rumores sobre posibles abusos físicos por parte de Penn, los cuales Madonna negó. El actor, por su parte, resolvió una demanda por difamación presentada por el productor de Hollywood Lee Daniels en relación con estas acusaciones, y Daniels se tuvo que disculpar públicamente.
En 2018, Penn reveló en The Late Show que todavía sentía amor por Madonna. Además, en 2013, la mejor amiga de Madonna, Debi Mazar, comentó en una entrevista que el verdadero amor de Madonna siempre había sido Penn. Aunque no ha habido señales de una reconciliación, parece que el afecto mutuo nunca se desvaneció.
Su época dorada
La década del 80 fue sinónimo de Madonna. Dominó las listas musicales con una sucesión de álbumes vendidos por millones de dólares, y su influencia musical y de moda en las mujeres jóvenes se sintió en todo el mundo. La chica material apareció por primera vez en la pantalla en dos películas de bajo presupuesto dirigidas a un público adolescente: Un cierto sacrificio (1985) y Loco por ti (1985). Sin embargo, obtuvo un éxito de culto menor con Buscando desesperadamente a Susan (1985), protagonizada junto a Rosanna Arquette. El siguiente trabajo de Madonna con su entonces marido Sean Penn, Aventuras en Shanghai (1986), fue duramente criticado, aunque la estrella logró mejorar su posición con sus dos siguientes películas, la poco convencional ¿Quién es esa chica? (1987) que, aunque recibió críticas mixtas, no fueron tan negativas como las de su trabajo anterior.
Dick Tracy (1990), de gran presupuesto y llena de estrellas, la hizo interpretar a la chica mala “Breathless Mahoney” coqueteando con Warren Beatty, pero la epopeya no logró prender fuego en la taquilla. Tomando un papel más terrenal, Madonna fue más entretenida junto a Tom Hanks y Geena Davis en Un equipo muy especial (1992), una historia sobre jugadoras de béisbol durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, volvió a provocar la ira de los críticos con la sexy novela policial El cuerpo del delito (1992). Luego Madonna interpretó a Eva Perón en Evita (1996), una adaptación cinematográfica bastante bien recibida del exitoso musical de Broadway, por la que recibió un Globo de Oro a la Mejor Actriz. Después de admitir finalmente que sus días como actriz habían terminado, Madonna comenzó una carrera como directora en 2008.
El matrimonio que la encarceló
La reina del pop y Guy Ritchie se casaron en un castillo en Escocia en diciembre del 2000, pero su matrimonio no prosperó. Según J. Randy Taraborrelli, autor del libro Madonna: An Intimate Biography of an Icon at Sixty, Ritchie dejó de comunicarse con sus amigos y familiares por temor a que sus conversaciones se filtraran a los medios.
A medida que su perfil público crecía, él se volvió más reservado y le molestaba sentirse tan silenciado. Madonna, en declaraciones expresó: “Hubo muchas ocasiones en las que deseaba expresarme como artista, pero sabía que Ritchie no se sentiría cómodo. En varios momentos me sentí como si estuviera en prisión. No me dejaban ser yo misma”. Debido a estas diferencias, decidieron separarse. Sin un acuerdo prenupcial, el proceso de divorcio fue complicado. Finalmente, Madonna acordó pagarle a Ritchie 75 millones de dólares en el acuerdo de su divorcio.
Una provocadora nata
En el evento Billboard ‘s Women in Music 2016, Madonna pronunció un discurso incisivo sobre el sexismo y la misoginia en la industria del entretenimiento. Subrayó que, mientras que los hombres pueden actuar sin restricciones, las mujeres deben ajustarse a ciertas reglas: “Como mujer, debes seguir el juego. Podés ser atractiva y sensual, pero no inteligente. No podés expresar una opinión que desafíe el status quo. Y, sobre todo, no hay que envejecer”.
Mucho del sexismo que enfrenta actualmente Madonna se relaciona con su edad. Le resulta indignante que, mientras el atractivo de los hombres no se ve afectado por la edad, las mujeres en el mundo del entretenimiento parecen tener una fecha de caducidad. La estrella decidió desafiar esta norma. En 1991, ya estaba rompiendo con los estereotipos de género al asumir un rol empresarial, como comentó: “Las mujeres son educadas para ser sumisas, pasivas y aceptantes. Se espera que el hombre sea el pionero. Él gana el dinero y él establece las reglas”.
Aunque Madonna avanzó significativamente en cambiar esas normas, muchas de las luchas contra el sexismo persisten. No obstante, sus actuaciones innovadoras se lo facilitaron. La imagen provocativa de Madonna fue un elemento central en su carrera, lo que a veces hace que su talento sea pasado por alto. Algunos opinan que esta es la razón principal de su éxito, a pesar de sus habilidades vocales. En su documental, ella misma dijo: “Sé que no soy la mejor cantante ni la mejor bailarina, pero eso no me preocupa. Me interesa desafiar a la gente, ser provocativa y tener un mensaje político”. Sin embargo, algunos todavía la juzgan únicamente por su talento.
A pesar de todo, Madonna recibió numerosos reconocimientos en diversos campos y premios, incluyendo un Globo de Oro por su papel como Eva Perón en Evita (1996). Durante su discurso de inducción en el Salón de la Fama del Rock and Roll, agradeció a quienes la criticaron por su falta de talento y sus habilidades de canto. “Me inspiraron a mejorar y estoy agradecida por su actitud”, dijo.
A mi me gustan menores
Madonna formó una familia numerosa. Tiene un hijo biológico, Rocco, fruto de su matrimonio con Guy Ritchie; un hijo adoptivo de Malaui, David Banda, que adoptó con Ritchie en 2006; una hija biológica, Lourdes, con Carlos León; otra hija adoptiva, Mercy James, procedente de Malaui desde 2009; y unas gemelas, Stelle y Esther, adoptadas en Malaui en 2017.
El historial de citas de Madonna siempre dio que hablar. Sean Penn, el basquetbolista Dennis Rodman, el ex jugador de béisbol Alex Rodríguez y, luego de que su matrimonio con el director Guy Ritchie se rompiera, Madonna puso sus miras en salir con hombres mucho más jóvenes que ella.
En el 2009, Madonna, que entonces tenía 50 años, mantuvo una relación con un modelo de 22 años llamado Jesús Luz. Tras separarse, la cantante conoció en el 2011 a un bailarín francés llamado Brahim Zaibat, pero rompieron en el 2013. Al año siguiente, Madonna fue vista con el entrenador personal Timor Steffens, pero esa relación también se esfumó. Madonna iba a darle una oportunidad más al amor cuando empezó a salir con Ahlamalik Williams en el 2019, con quien celebró su cumpleaños número 63. Pero al año cambió de “modelo”. La diva volvió a acaparar todos los focos después de reaparecer en público de la mano de su nuevo novio, Akeem Morris, un joven de 28 años al que conoció hace dos años en una sesión fotográfica para la portada del mes de agosto de la revista Paper. Más recientemente, se vio a Madonna llegar a Italia con Morris mientras se prepara para una celebración de su cumpleaños número 66, en Portofino en una finca privada de Dolce & Gabbana. Según declaró Madonna alguna vez, no “eligió” salir con hombres más jóvenes, pero como dijo: “En realidad nunca viví una vida convencional”.