El conjunto escualo se quedó con el triunfo en el primer choque de la gran final.
Ganar el primer juego de una final no te garantiza el título, pero sin duda que es motivo para celebrar por un buen rato. Los aficionados que asistieron al estadio Universitario para apoyar a los Tiburones de La Guaira se fueron con una gran sonrisa en el rostro, ya que su equipo ganó y de qué manera.
Esta final inédita de la LVBP arrancó con una blanqueada por 6-0 de los escualos sobre Cardenales de Lara, quienes en esta ocasión se vieron sometidos de principio a fin y no lograron demostrar ese poder que los caracterizó en la recta final del Round Robin.
Justamente, de ahí parte la clave principal de este choque. El abridor Ricardo Pinto estuvo magnífico en la noche de este martes y en siete innings de labor solo permitió dos imparables, uno a Hernán Pérez y otro a Gorkys Hernández. El resto de la toletería larense sufrió con el derecho, que además regaló tres boletos y ponchó a siete contrarios.
Pero no todo se trató del carabobeño. Si bien es cierto que él hizo la mayor parte del trabajo, los dos relevistas que se subieron al montículo siguieron su ejemplo. Jesús Pirela retiró el octavo por la vía rápida, en tanto que Arnaldo Hernández sacó a relucir su clase para ponchar a tres de los cuatro bateadores que enfrentó.
En cuanto a los puntos claves de la ofensiva, Luis Torrens se lleva un gran reconocimiento. Pocas veces en el beisbol se puede ver que un bateador termine de 1-0 con tres carreras empujadas, y casualmente sucedió en el primero de esta final. En el segundo, sexto y octavo capítulo, el receptor empujó a Wilson García (dos veces) y Yasiel Puig con elevados de sacrificio, demostrando que así también se ganan las finales.
A su vez, los escualos fueron capaces de capitalizar los errores larenses. El abridor Jhoulys Chacín no estuvo acertado en ciertos momentos, lo que provocó que los rivales no lo perdonaran. En el tercer inning permitió que Brayan Rocchio se embasara tras un mal fildeo, mientras que en el sexto no lanzó bien en un intento de viraje. Luego de ambas situaciones anotaron los de casa.
Por último, cabe resaltar el regreso de un bate poderoso en el lineup escualo, el de Leonardo Reginatto. Y es que tras unas jornadas de postemporada en el que estuvo algo apagado, el manager Oswaldo Guillén optó por bajarlo hasta el octavo puesto en el orden al bate, algo que le rindió frutos. Al final, el brasileño se fue de 3-2 con jonrón, dos empujadas y una anotada.