En un documento aprobado por el papa Francisco, la Iglesia también sentencia que es “contrario a la dignidad humana que se encarcele, torture e incluso prive del bien de la vida a personas únicamente por su orientación sexual”
El Vaticano declaró el lunes que las operaciones de confirmación de género y la gestación subrogada son graves amenazas con la dignidad humana, situándolas al mismo nivel que el aborto y la eutanasia como prácticas que incumplen el plan de Dios para la vida humana.
La oficina de doctrina del Vaticano publicó “Dignidad Infinita”, una declaración de 20 páginas que llevaba cinco años en desarrollo. Tras una revisión considerable en los últimos meses, fue aprobada el 25 de marzo por el papa Francisco, que ordenó su publicación.
El papa Francisco se reúne con voluntarios de la Cruz Roja Italiana en la sala Pablo VI en el Vaticano, el sábado 6 de abril de 2024.
En la sección que más interés despertaba, el Vaticano reiteró su rechazo de la “teoría de género”, o la idea de que el género de una persona puede cambiar. Afirmó que Dios creó al hombre y la mujer como seres distintos con diferencias biológicas y dijo que la humanidad no debía interferir con ese plan ni tratar de “convertirse en Dios”.
“Toda operación de cambio de sexo, por regla general, (corre) el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción”, indicó el documento.
La Iglesia distinguió entre las cirugías de transición, que rechazó, y las “anomalías genitales” presentes en el nacimiento o que se desarrollen más tarde. Aceptó “resolver” esas anomalías con ayuda de profesionales médicos.
La existencia del documento, que se rumoreaba desde 2019, fue confirmada en las últimas semanas por el prefecto del Dicasterio de la Doctrina de la Fe, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, un cercano colaborador del papa.
Y si bien rechazaba la teoría de género, el documento señalaba a países —varios de ellos en África— que penalizan la homosexualidad. Estaba en línea con las afirmaciones de Francisco en una entrevista con The Associated Press en 2023, en la que dijo que “ser homosexual no es un delito”, y convertía esa afirmación en doctrina católica.
El nuevo documento condena como “contrario a la dignidad humana que en algunos lugares se encarcele, torture e incluso prive del bien de la vida a no pocas personas, únicamente por su orientación sexual”.
En cierto modo, el texto reúne posiciones ya expresadas por el Vaticano. Restablece la doctrina católica ya conocida contra el aborto y la eutanasia y añade a la lista algunas de las principales preocupaciones de Francisco como papa: las amenazas a la dignidad humana que suponen la pobreza, la guerra, el tráfico de personas y la migración forzosa.
En una posición que no se había formulado antes, afirma que la gestación subrogada viola tanto la dignidad de la gestante como del bebé. Aunque buena parte de la atención sobre esta práctica se ha centrado en la posible explotación de mujeres pobres, el documento del Vaticano se centra más en el bebé resultante.
“El niño tiene derecho (…) a tener un origen plenamente humano y no inducido artificialmente y a recibir el don de una vida que manifieste, al mismo tiempo, la dignidad de quien la da y de quien la recibe”, indicó el documento. “En este sentido, el deseo legítimo de tener un hijo no puede convertirse en un ‘derecho al hijo’ que no respete la dignidad del propio hijo como destinatario del don gratuito de la vida”.
El Vaticano publicó su postura más detallada sobre el género en 2019, cuando la Congregación para la Educación Católica rechazó la idea de que las personas puedan elegir o cambiar su género, e insistió en la complementariedad de los órganos sexuales masculinos y femeninos para crear nueva vida.
Describió la idea del género fluido como un síntoma del “concepto confuso de libertad” y los “deseos momentáneos” que caracterizan a la cultura posmoderna.
El nuevo documento, emitido por un organismo con más autoridad, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, cita a ese documento de 2019 pero rebaja el tono. En un detalle significativo, no recupera las fórmulas de otro documento doctrinal de 1986 que decía que las personas homosexuales merecen ser tratadas con dignidad y respeto, pero que las acciones homosexuales son “desordenadas de manera intrínseca”.
Francisco ha convertido en un signo característico de su papado el acercamiento a las personas LGBTQ+, ha oficiado ceremonias para católicos trans e insiste en que la Iglesia católica debe acoger a todos los hijos de Dios.
Sin embargo, también ha denunciado la “teoría de género” como “el peor peligro” que enfrenta la humanidad hoy, una “fea ideología” que amenaza con cancelar las diferencias otorgadas por Dios a hombre y mujer. Ha arremetido en particular contra lo que describe como “colonización ideológica” de Occidente en el mundo en desarrollo, donde en ocasiones la ayuda al desarrollo va condicionada a adoptar ideas occidentales sobre el género y la salud reproductiva.
“El sexo biológico (…) y el papel sociocultural del sexo (género) se pueden distinguir pero no separar”, indicó el nuevo documento.
Críticas de cristianos trans
Grupos de cristianos trans tacharon de inmediato el documento de “dañino” y carente de voces y experiencias reales de personas trans, especialmente en su distinción entre personas trans e intersexuales.
“La sugerencia de que la atención médica de confirmación de género —que ha salvado las vidas de muchas personas trans maravillosas y les ha permitido vivir en armonía con sus cuerpos, sus comunidades y (Dios)— amenaza con arriesgar o minimizar la dignidad de las personas trans, no sólo resulta dañino, sino peligrosamente ignorante”, afirmó Mara Klein, una persona no binaria, activista trans y que ha participado en el programa de reforma eclesiástica en Alemania.
“Ver que en contraste, las intervenciones quirúrgicas sobre personas intersexuales —que si se realizan sin consentimiento, especialmente en menores, a mundo causan un inmenso daño físico y psicológico para muchas personas intersexuales a día de hoy— se ven evaluadas de forma positiva simplemente parece hacer más evidente la hipocresía subyacente”, afirmó Klein.
El documento se publica en un momento en el que las personas trans enfrentan reacciones en contra en lugares como Estados Unidos, donde legislaturas estatales de mayoría republicana estudian una nueva ronda de normas que restringen la atención médica a jóvenes trans, y en ocasiones a adultos. Además se están debatiendo proyectos de ley sobre los pronombres, acceso a baños escolares y equipos deportivos de jóvenes, así como normas sobre algunos libros y currículos escolares.
“Además de la creciente hostilidad hacia nuestras comunidades, enfrentamos una Iglesia que no escucha y se niega a ver la belleza de la creación que puede encontrarse en nuestras biografías”, dijo Klein en un email.