«Me dan ataques de pánico todo el tiempo»
Advertencia: este artículo contiene descripciones gráficas de métodos de ejecución que podrían perturbar a algunos lectores.
La primera vez que iba a morir, los verdugos de un centro penitenciario en Alabama pasaron varias horas en el intento de ejecución.
Ataron al condenado a una camilla en la llamada «cámara de la muerte» del correccional de Holman e intentaron inyectarle una mezcla letal de sustancias químicas.
Pero fracasaron. Eso fue en noviembre de 2022. Ahora, el gobierno de Alabama intentará ejecutarlo de nuevo.
Esta vez han autorizado un plan para asfixiar a Smith atándole una máscara hermética a la cara y obligándole a inhalar nitrógeno puro, un gas inerte que privaría a su cuerpo de oxígeno.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos declaró la semana pasada que este método, nunca antes utilizado, podría constituir tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, y pidió que se suspendiera.
La Corte Suprema de Estados Unidos y un tribunal de apelaciones rechazaron suspender la ejecución con nitrógeno de Kenneth Eugene Smith, que se enfrenta a ser ajusticiado mediante un método nunca antes utilizado.
Smith fue uno de los dos hombres condenados en 1989 por el asesinato el año anterior de la esposa de un predicador, Elizabeth Sennett, quien fue apuñalada y golpeada hasta la muerte en un homicidio a sueldo por US$1.000.
Es uno de los únicos hombres del Estados Unidos moderno en ser «ejecutado dos veces», y el primero en ser sometido a gas nitrógeno.
La Corte Suprema no atendió a los argumentos de Smith.
«Mi cuerpo se está desintegrando»
Eugene Kenneth Smith ha pasado décadas en el corredor de la muerte del centro penitenciario de Holman.
«Mi cuerpo se está desintegrando, no dejo de perder peso», le dijo Smith a la BBC en una respuesta escrita a las preguntas formuladas a través de un intermediario.
En Alabama están prohibidos los encuentros cara a cara entre periodistas y condenados a muerte.
Nos pusimos en contacto con él por teléfono a finales de la semana pasada, pero nos pidió que no le entrevistáramos porque, según expresó, se encontraba muy mal.
«Tengo náuseas todo el tiempo. Me dan ataques de pánico con regularidad… Esto es solo una pequeña parte de con lo que he estado lidiando a diario. Tortura, básicamente», escribió.
El centro correccional de Holman pondrá en práctica un nuevo método de ejecución.
El estado sostiene que la muerte con gas nitrógeno provoca la inconsciencia rápidamente, pero no ha presentado ninguna prueba plausible.
Expertos médicos y activistas han advertido del riesgo de que sea un desastre, de que Smith pueda tener convulsiones violentas hasta quedar en estado vegetativo.
E incluso advierten de la posibilidad de que el gas se escape de la máscara y mate a otras personas presentes en la sala, incluido el consejero religioso de Smith, el reverendo Jeff Hood.
«Estoy seguro de que Kenny no tiene miedo a morir, lo ha dejado muy claro. Pero creo que tiene miedo de que lo torturen aún más en el proceso«, afirma Hood, quien ha firmado un documento que deslinda legalmente al estado de los peligros de una fuga de nitrógeno.
«Estaré a varios metros de él, y varios expertos médicos me han advertido repetidamente de que estoy arriesgando mi vida al hacer esto. Si hay algún tipo de fuga en la manguera, si hay algún tipo de fuga en la máscara, en el sello alrededor de su cara, sin duda podría provocar una fuga de nitrógeno en la habitación”, reconoce el reverendo a la BBC.
Un peligro intolerable
Según un experto y coautor de una investigación de la ONU, esta ejecución supone un nivel de peligro intolerable.
Como profesor asociado de Anestesiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory, el doctor Joel Zivot acusa a las autoridades de Alabama de tener un historial «terrible» de ejecuciones «crueles».
«Supongo que tengo que concluir que Kenneth Smith debe ser el hombre más malo de Estados Unidos, porque el estado de Alabama está tan empeñado en ejecutarlo que está dispuesto a matar a otras personas para matarlo a él», le dice Zivot a la BBC.
De los 50 estados de EE.UU., en 27 la ley permite la aplicación de la pena capital.
Un peligro intolerable
Según un experto y coautor de una investigación de la ONU, esta ejecución supone un nivel de peligro intolerable.
Como profesor asociado de Anestesiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory, el doctor Joel Zivot acusa a las autoridades de Alabama de tener un historial «terrible» de ejecuciones «crueles».
«Supongo que tengo que concluir que Kenneth Smith debe ser el hombre más malo de Estados Unidos, porque el estado de Alabama está tan empeñado en ejecutarlo que está dispuesto a matar a otras personas para matarlo a él».
«Imagínese un pelotón de fusilamiento en el que todos los testigos están alineados junto a la persona a la que se va a ejecutar, y se les hace firmar exenciones, porque resulta que los tipos que tiene no son muy buenos tiradores, así que es posible que también disparen a otros.
«Estas son algunas de las cosas que puedo imaginar que podrían ocurrir con el gas nitrógeno», señala el experto.
«Lo que sabemos sobre el gas nitrógeno es que, en un primer estudio con voluntarios sanos, casi todos ellos tuvieron convulsiones generalizadas entre los 15 y los 20 primeros segundos de respiración».
En ese caso, Smith perdería el conocimiento antes de sufrir una serie de espasmos violentos.
165 personas están en el corredor de la muerte de Alabama.
Intentos fallidos
Alabama tiene una de las tasas de ejecución per cápita más altas de Estados Unidos y actualmente cuenta con 165 personas en el corredor de la muerte.
Desde 2018, el estado ha sido responsable de tres intentos fallidos de inyección letal en los que los condenados sobrevivieron.
Los fallos dieron lugar a una investigación interna que culpó en gran medida a los propios presos.
El informe estableció que los abogados de los presos trataron de salvar sus vidas «agotando el tiempo» con apelaciones judiciales de última hora para suspender la ejecución.
Según la revisión, esto supuso una «presión innecesaria sobre los plazos» para los verdugos.
Esta vez, el equipo dispondrá de un «margen de tiempo» más amplio, en lugar del plazo de medianoche, para ejecutar a Smith.
La gobernadora de Alabama, Kay Ivey, que tiene potestad para detener las ejecuciones judiciales, declinó hacer comentarios sobre las advertencias de los expertos y las acusaciones contra el estado.