- Hace poco más de una semana, el monarca británico, de 75 años, se había sometido a una operación de próstata.
- Desde hace mucho tiempo sufre de dactilitis, una inflamación de los dedos.
- Debió someterse a intervenciones quirúrgicas en 2003 y en 2008.
El “procedimiento correctivo” por una hipertrofia de próstata que tuvo el rey Carlos III hace poco más de una semana disparó una noticia que todavía retumba en el Palacio de Buckingham. El monarca del Reino Unido sufre de «un tipo de cáncer».
El informe divulgado este lunes, habla de un cáncer separado, más allá de la operación a la que fue sometido. Sin embargo, no especifica en qué lugar del cuerpo está situado, ni la complejidad que deberá atravesar.
Esta no es la única enfermedad que arrastra el monarca de 75 años. Desde hace varios años atrás que lucha con una extraña condición denominada dactilitis, que consiste en una fuerte hinchazón de los dedos (sobre todo los de la mano) que produce un fuerte dolor y deformidad en las articulaciones.
Esos dolores que sufre son crónicos y se sometió a varias operaciones sin encontrarle solución al problema. De hecho, durante su mandato, nombró como médico de la Casa Real al doctor Michael Dixon, un homeópata para tratar dicha enfermedad. Algo que en su momento trajo controversias a la corona.
Si bien nunca se explicó qué clase de dactilitis padece, se sabe que un síntoma frecuente puede derivar de otras enfermedades de las que no se habla, como la artritis psoriásica, por ejemplo. También, existen otras causas que pueden dar lugar a este tipo de inflamación, como la tuberculosis.
Varios testimonios dan cuenta que Carlos III tiene comportamientos compulsivos e incontrolables. Y que padece de dolores crónicos en el cuerpo, algo que fue revelado por el mismo príncipe Harry.
Otra operación a la que fue sometido data de 2008. Por ese entonces, le extirparon un crecimiento no canceroso de la cara mediante un procedimiento menor y de rutina. Sin embargo, esa intervención le dejó una mancha al lado de la nariz.
Otra intervención quirúrgica fue cinco años antes, en el 2003: fue operado de una hernia, producto de su actividad vinculada al polo.
El diagnóstico de Carlos III y una seguidilla de malas noticias para la familia real inglesa
La salud de la familia real inglesa ha sido tema obligado en todos los medios del mundo desde que comenzó 2024. Además de los problemas de próstata de Carlos, tampoco hubo buenas noticias sobre la princesa Catalina de Gales, y de la ex cuñada del monarca, la ex esposa del príncipe Andrés, Sarah Ferguson.
El pasado 17 de enero se comunicó sobre la intervención del monarca por problemas de próstata y apenas unos minutos antes los príncipes de Gales, el heredero William y su esposa Kate, informaban que la princesa había sido hospitalizada para someterse a una intervención quirúrgica abdominal «programada», que se realizó con «éxito».
A diferencia de la información difundida sobre el monarca, en el caso de Kate se brindó poca información sobre la cirugía y se solicitó privacidad. La princesa, de 42 años, fue intervenida la London Clinic de la capital británica y permaneció allí durante unos diez días, antes de regresar a su casa para continuar la recuperación.
«Siguiendo los consejos de los médicos, es poco probable que regrese a sus funciones públicas antes del final de Semana Santa», el 31 de marzo, habían informado.
Cinco días después, el 21 de enero, Sarah, la duquesa de York, fue diagnosticada con un melanoma maligno que fue descubierto durante su tratamiento por cáncer de mama, informó un portavoz.
El melanoma fue hallado luego de que los médicos le extirparon varios lunares mientras se encontraba en una cirugía de reconstrucción tras una mastectomía. Los doctores analizan si la enfermedad aún se encuentra en una etapa temprana.
“Claramente, otro diagnóstico tan poco tiempo después de recibir tratamiento por cáncer de mama ha sido inquietante, pero la duquesa sigue de buen ánimo”, señaló el portavoz.
Sarah, de 64 años, es la ex esposa del príncipe Andrés y madre de la princesa Beatriz y la princesa Eugenia. Su figura fue blanco de los tabloides tras la separación del príncipe y su figura desterrada de la familia real hasta el ascenso al trono de Carlos III, quien le habilitó que vuelva a mostrarse junto a ellos en ocasiones especiales.