A diez años de la primera edición en Argentina, este viernes se dará inicio al megaevento que reúne artistas consagrados y a prometedoras figuras emergentes
A diez años de su primera presentación en Argentina, este viernes Lollapalooza celebra una nueva edición del megafestival que se convirtió en un fenómeno mundial y que cada año celebra la música y el arte. Con Blink-182, Feid, SZA, Sam Smith, Arcade Fire y Limp Bizkit a la cabeza, el evento movilizará a miles de personas.
A lo largo de las nueve ediciones, el festival atrajo con diversos géneros musicales y reunió artistas emergentes como a figuras consagradas como: Red Hot Chili Peppers, Metallica, The Weeknd, Foo Fighters, Miley Cyrus, Billie Eilish. Sin embargo, esta historia comenzó a escribirse hace más de 33 años cuando Perry Farrell buscaba despedirse de su banda de la mejor manera. Para eso, el líder de la banda Jane’s Addiction ideó una gira por el país, la cual consistiría de un recorrido por 20 ciudades entre Estados Unidos y Canadá.
Según revelaría Farrell años más tarde, el nombre del festival se le ocurrió mientras buscaba inspiración en un diccionario. “En aquel tiempo la gente tenía diccionarios impresos, no teníamos computadoras. Yo, que escribía canciones, solía leer mucho el diccionario. Buscaba palabras y a veces esas palabras disparaban ideas para una canción, una letra… Y así, leyendo el diccionario, me topé con el término ‘lollapalooza’”, explicó Farrell en una entrevista en 2011.
El músico acostumbraba a hacer esto para reinventarse y jugar en sus letras. Fue así que se cruzó con dos definiciones, una describía al término como “algo o alguien grandioso o maravilloso”, y otra de “un chupetín gigante y giratorio”. A partir de entonces tomó ambos conceptos y buscó la forma de transmitirlos con el evento. Incluso, la imagen del chupetín se incluyó tanto en esa primera gráfica promocional como en la actual que figura en Argentina. Esa fue la piedra que cimentó las bases del festival que se convertiría en un símbolo de la cultura joven -sobre todo de la norteamericana- en los 90. A partir de entonces, Farrell buscó volar más alto y volvió a organizar otro festival itinerante para 1992. Así continuó la historia hasta 1997 cuando, ajustado por las cifras económicas y las cuentas, el músico decidió cancelar el proyecto.
Pasaron seis años para que, en 2003, Farrell retomara el festival con características similares al inicial. A esa altura, la idea de salir de gira no era rentable, entre los costos para montar grandes escenarios en distintas ciudades, los altos cachets y la fluctuante respuesta del público en cada lugar, Perry pensó en una sede, Auburn Hills en Michigan. Ahí volvió a reunir a Jane’s Addiction para una edición de solo dos días, la cual compartirían con Audioslave, Incubus, Queens of the Stone Age, Kings of Leon y A Perfect Circle.
A partir de 2005, el festival buscó reinventarse. Fue un año bisagra en el que uno de los cambios fue el paso al formato anual, Grant Park, en pleno centro de Chicago. En paralelo construyó una oferta musical atractiva con Kasabian, Arcade Fire, The Killers, Liz Phair, Cake, Primus, Kaiser Chiefs y Weezer.
Ya en 2016 el festival pasó a estar constituido con cuatro días en su sede central. Años después, con un modelo más asentado, y con un line up variable que atraía todo tipo de público, Lollapalooza se internacionalizó y sumó sedes en todo el mundo. En Sudamérica, la primera edición se dio en 2011, en Chile, y llegó a la Argentina en 2014.
A partir de entonces, Argentina se convirtió en uno de los países que atrajo la mirada de Perry Farrell. Tal es así que el músico quería experimentar en carne propia cómo se vivía el festival. Fue en la edición 2022 que el fundador se dio el gusto de subirse al escenario y ser parte de uno de los shows más convocantes de ese momento.
En un principio, el fundador se iba a presentar junto a su banda en esa edición, sin embargo, el grupo fue una baja de último momento. Por esa razón, mientras Foo Fighters hacía delirar a la gente, el baterista Taylor Hawkins lucía un parche que decía “Foo’s Addiction”, en una especie de gesto afectuoso y consuelo. Pero de pronto la combinación se volvió realidad y la multitud enloqueció: en pleno show, los Foo Fighters invitaron de sorpresa a Perry Farrell para rockear con “Been Caught Stealing”, tema de la banda cuya primera despedida fue el motor de Farrell para idear este mismo festival en 1991.
Al año siguiente, la suerte fue distinta y el fundador pudo darse el gusto de rockear y sentir la vivacidad del público argentino. En aquel momento, Infobae acompañó a Perry por una recorrida por el predio. “Desde la primera vez que lo hice, 29 años atrás, le pedí a gente con la que trabajo en cada país que quería tener una galería de arte en el festival. Cada promotor me manda copias de esas visuales, de estos carteles, y tengo habitaciones llenos de ellos. Nuestros niños juegan con estos posters”, contaba mientras caminaba por el pasto saludaba con amabilidad a cada una de las personas que se le acercaban y se sacaba un montón de selfies.
Luego, mientras sonreía y veía extasiado su creación, el músico habló sobre la importancia de trasladar la esencia del festival en cada país: “Lo importante es que quiero traer música a todas partes del mundo y aprovechar esta escena argentina que es buena, que es amada, con artistas queridos, y hacerlo en lugares que necesitan ayuda, de alguna forma. Ese es el plan, ir adónde hay guerra y llevar paz, colaborar con diferentes culturas y es por eso que creo que las generaciones futuras tienen la cabeza en eso. Están podridos y cansados de las peleas”.