El equipo de Bérgamo goleó 3-0, obtuvo un título (el primero internacional) después de 61 años y cortó el invicto de 51 partidos de los alemanes
El segundo escalón de las copas europeas tiene a un nuevo campeón, a un equipo que nunca se había mojado los labios con la gloria de un título continental y en Dublín coronó un proyecto de largo aliento, de años, sostenido en un rumbo claro desde la conducción del club, continuado en el entrenador y reflejado en un equipo muy identificado con una línea de juego. Atalanta, al que Pep Guardiola comparó con una “visita al dentista” cuando una vez lo enfrentó en la Champions League, acabó con la imbatibilidad de la revelación de la temporada en el Viejo Continente. El club de Bérgamo venció por 3-0 a Bayer Leverkusen, que conoció la derrota después de un invicto de 51 partidos oficiales, y levantó la Europa League en el Aviva Stadium de Dublín.
Si Bayer Leverkusen -destronó a Bayern Munich de la Bundesliga después de 11 años y tiene aun por delante la final de la Copa de Alemania- fue una irrupción avasallante que tomó por sorpresa a todos en la temporada, lo de Atalanta es el premio a la constancia, que llena de sentido y sustancia ese vocablo que en el fútbol todos invocan y pocos cumplen: proyecto.
La goleada tuvo por figura al extremo izquierdo Ademola Lookman, un londinense que juega por el seleccionado de Nigeria, la tierra de sus antepasados. Autor de un hat-trick; en el primer gol, se anticipó a Exequiel Palacios para definir de zurda un centro atrás desde la derecha de Davide Zappacosta. La jugada tuvo la marca registrada de Atalanta: profundidad por las bandas y finalización por adentro. Los otros dos de Lookman fueron golazos, de derecha, uno desde fuera del área y el otro con un remate cruzado a un ángulo. El delantero formado en Charlton llegó a mediados de 2022, procedente de Leipzig, por 9,35 millones de euros. Su contratación representa el modelo de fichajes: peinar el mercado en busca de refuerzos de costo bajo o mediano, de los que obtiene un mayor rédito futbolístico. “Nosotros no podemos gastar como los grandes clubes”, suele repetir Antonio Percassi, el dueño, exzaguero central del club e ideólogo del modelo futbolístico. Lookman sumaba dos goles en esta Europa League antes de la explosión en la final.
Hubo festejo argentino. Juan Musso, mayormente suplente en la Serie A en su tercera temporada en Bérgamo, fue titular en la campaña de la Europa League. En 12 presencias recibió ocho goles y mantuvo la valla invicta en cinco partidos. El arquero surgido en Racing, con un trabajo seguro y atento, consiguió que Bayer Leverkusen no marcara después de 23 cotejos. Para ello dominó bien los tiempos y los espacios para salir a cortar o despejar centros; también le ganó un mano a mano a Grimaldo. Impecable rendimiento.
Jornada inolvidable para Musso, que en la celebración se ató una bandera argentina al cuello y estuvo acompañado en el estadio por sus padres, la hermana, el hermano, a quien le regaló los guantes, su pareja e hijo. Tras integrar los planteles del seleccionado argentino campeón en la Copa América y en la Finalísima, Musso no figura en la última convocatoria de Lionel Scaloni que será la base para la Copa América de los Estados Unidos. “Me siento parte (del seleccionado), seguramente será cuestión de tiempo, en cualquier momento volveré. Antes del Mundial sufrí una lesión y estuve un tiempo sin jugar. Me siento en el mejor momento de mi carrera, listo para cuando llegue el llamado”, dijo Musso en declaraciones a ESPN.
A los 30 años, Musso conquistó su cuarto título en los seis años en Europa (tres en Udinese). “Tenía mucha fe, veía al equipo motivado y seguro. Habíamos dejado atrás a rivales importantes. Hace mucho que venía soñando con un título y que se dé así, con un 3-0 ante el mejor equipo europeo del momento, es increíble. Le pedí mucho a Dios ganar un título. Lo merecíamos, también los hinchas, vinieron como 30 mil, fue impresionante. Les dije a mis compañeros: si hacemos un gol nos llevamos el título porque vamos a mantener el arco en cero. Lookman se pasó, hizo tres”, agregó.
Kirsty Wigglesworth
El otro argentino del plantel es Juan Palomino, en la temporada con menos minutos de las siete que lleva en Atalanta. El defensor solo jugó 10 minutos, ante Sporting Lisboa, por la Europa League. “Nunca estuvimos en partido, ellos fueron siempre más rápidos y atentos a la segunda pelota. Son merecidos campeones. Felicitaciones”, fue el sincero reconocimiento de Exequiel Palacios, reemplazado a los 23 minutos del segundo tiempo.
El director técnico Gian Piero Gasperini (66 años) va en camino a cumplir ocho años en el cargo y le queda uno más de contrato. En su gestión había perdido tres finales en Italia, la más reciente fue hace una semana, frente a Juventus, por la Copa Italia. Ahora le acaba de dar a Atalanta el segundo título de su historia, tras la lejana Copa Italia de 1963. La falta de éxitos expresada en lo metálico de un trofeo no eclipsaba otros méritos del ciclo. Atalanta es un constante animador de la Serie A. Descendió en 2010, ascendió en 2011, en 2019 se clasificó por primera vez a la Champions League y en 2020 llegó a los cuartos de final.
En esta Europa League dio el gran impacto al eliminar en los cuartos de final a Liverpool, al que le infligió un 3-0 en Anfield Road. En octavos había dejado atrás a Sporting Lisboa (campeón en Portugal) y en las semifinales dio cuenta de Olympique Marsella. Todo arrancó con el primer puesto en el Grupo D y la única derrota en el trayecto fue ante Liverpool, por 1-0 en la revancha, tras el 3-0 de la ida.
En la noche de la consagración, Atalanta fue fiel a mismo, impuso su modelo a un rival muy acostumbrado a las remontadas y que esta vez se vio derrotado desde mucho antes del final. El 3-4-3 de Gasperini desplegó su habitual libreto de presión alta y uno contra uno (Marcelo Bielsa es uno de los inspiradores del entrenador italiano) por toda la cancha. El brasileño Ederson Silva, de muy buen rendimiento, fue la sombra sobre Palacios.
A Percassi ya se lo vio emocionado antes del encuentro, cuando salió a saludar a los hinchas, en una cantidad menor a la de los de Bayer. De 70 años, el propietario es señalado como el gran arquitecto de este Atalanta. “Gasperini nos cambió la mentalidad. Nuestro objetivo siempre fue salvarnos, seguir en Serie A. Yo no sabía si este tipo de fútbol tan ofensivo que proponía el técnico podía desarrollarse en un equipo de provincias. Había un riesgo. Ahora cumpliremos 14 años en Serie A. Esto es un récord en la historia del club. No nos esperábamos una transformación así. Con un tipo de fútbol que se ha convertido en algo revolucionario”, expresó hace un tiempo Percassi.
Gasperini ya había construido años atrás un gran Atalanta con Alejandro “Papu” Gómez y los colombianos Duvan Zapata y Luis Muriel. Su relación con el “Papu” terminó mal, discutieron fuerte y algunos dicen que se fueron a las manos. Recientemente se reconciliaron, dejaron de lado las diferencias y antepusieron los buenos momentos compartidos. No es fácil Gasperini. Musso reconoció que también tuvo sus “idas y vueltas”, pero lo reconoce como “un gran entrenador”. Es el que consiguió que una ciudad de provincia, con 120.000 habitantes, opacada por los vecinos fuertes de Milán, viva el orgullo de ser campeón en Europa.