
La cantante dio inicio a su nueva etapa artística con “No vayas a atender cuando el demonio llama”, su sexto disco de estudio. El material cuenta con las colaboraciones de Dillom, Duki y Miranda!
Y un día, el teléfono sonó. Con más fuerza, y más rock que nunca, el ansiado llamado de Lali Espósito irrumpió en la casa y en el bolsillo de todos sus fans. A pura explosión rockera, pero con alma pop, la cantante presentó su sexto álbum de estudio No vayas a atender cuando el demonio llama. Un álbum cuya una identidad sonora poderosa y letras exploran lo oscuro, lo sensual y lo incómodo sin filtros.
En la previa, la artista ya había agitado las redes al compartir imágenes en las que diferentes figuras históricas atendían el teléfono. Así las cosas, desde Charly García a Diego Maradona, pasando por Britney Spears, todos atendieron cuando escucharon el sonido. “Esperando el llamado tipo…”, escribió Espósito, dando inicio a su nueva etapa artística.


Vale recordar cómo empezó a gestarse este disco. A principios de enero de 2024, Lali sorprendía a sus fans al anunciar su retiro de los escenarios. Inmediatamente, las redes se revolucionaron y días después Espósito aclaró, dispuesta a romper con sus propias formas para explorar territorios sonoros más crudos y viscerales: “No me alejo de la música. Me voy a meter a hacer el mejor disco de mi vida”. Así las cosas, después de mucha introspección, esfuerzo y trabajo la artista presentó sus canciones poco a poco, mostrando parte de este nuevo universo: “Fanático”, “No me importa”, “Mejor que vos” y “33”.


Además de su dimensión sonora, No vayas a atender cuando el demonio llama se proyecta como una obra fuertemente visual, en la que cada videoclip forma parte de un universo narrativo mayor. Esta construcción audiovisual fue ideada y desarrollada por Lali junto a los directores creativos Lautaro Espósito y Pablo Cerezo, quienes trabajaron en una estética cohesiva y cinematográfica que acompaña y amplifica el discurso del disco.


Los videos no son simplemente representaciones gráficas de las canciones, sino piezas integradas en una narrativa que funciona como espacio simbólico de resistencia. En este universo, el arte y la expresión se convierten en herramientas contra el miedo y el control, conceptos que atraviesan tanto la imagen como el sonido.
Además, el costado audiovisual de las canciones contaron con diversas “perlitas”. En el videoclip de “Perdedor” se destaca la presencia de Susy Shock, artista, poeta y activista trans, quien se define como “trava-sudaca”. En el clip de “Sexy”, el elenco se amplía con Verónica Lozano, Anita Esposito, Vera Ford y otras personalidades que, desde diferentes registros, exploran lo seductor como territorio de poder y ambigüedad.

Mientras, el armado musical del álbum fue concebido junto a un núcleo de colaboradores que acompañaron a la cantante en el desarrollo. En la composición, participaron Mauro De Tomasso, BB ASUL y Galán, socios creativos que contribuyeron a dar forma al carácter visceral del disco.
El álbum también se distingue por una serie de colaboraciones. La participación de Julieta Venegas en la composición de “No Hay Héroes”, una pieza que integra la sensibilidad melódica de Venegas a la oscuridad temática del disco. En “Sexy”, aparece Blair, una joven revelación cuya presencia aporta frescura y tensión a una canción que se anuncia como provocadora. Duki interviene en “Plástico”, aportando su impronta cruda y urbana que contrasta con la base sonora del álbum pero potencia su dirección rupturista. En una línea más pop, Miranda! se suma a “Mejor Que Vos”, un tema que fusiona el ADN melódico del dúo con el dramatismo de Lali. Finalmente, Bersuit Vergarabat deja su marca en “Morir de Amor” con una sección coral que intensifica la energía desbordada del tema.

Uno de los temas más destacados del disco es “33”, no solo por hacer alusión a la edad actual de Lali, sino también por la colaboración con Dillom, la cual marca un choque entre dos universos. Por un lado, el pop provocador de la artista, y por otro, la oscuridad vanguardista del rapero. El tema, intenso y vehemente, está acompañado por un video que relata una historia de principio a fin.
En la canción Lali describe esta etapa de madurez, de transformación y de nuevos comienzos. Y que los fans hasta la relacionaron con la edad de cristo, dándole un aura espiritual al tema. Como si fuera poco, el nombre del disco pareciera mantener relación (No Vayas a Atender Cuando El Demonio Llama).
La canción reflexiona sobre el transcurso de los años, sobre lo que queda atrás en la vida y lo que uno elige llevarse. No idealiza el pasado ni endulza el dolor, pero lo reconoce como parte necesaria del recorrido. La colaboración entre ambos, que comenzó con “La Carie” —canción que Dillom incluyó en su álbum Por Cesárea— sigue ahora en “33”. “Lo que más me gusta de él es que sabe reírse de sí mismo y tomarse las cosas con humor. Eso es muy valioso en una época donde reina la solemnidad”, dijo Lali sobre su colaboración con Dillom.