
Google ha desarrollado herramientas basadas en inteligencia artificial que permiten generar exámenes en segundos, lo que ayuda a los docentes a ahorrar tiempo y a enfocarse más en el acompañamiento de sus estudiantes.
La inteligencia artificial está transformando la educación y la manera en que los profesores preparan sus clases e interactúan con los estudiantes.
Existen, por ejemplo, herramientas desarrolladas por Google que ayudan a los educadores a crear exámenes, con el objetivo de que puedan dedicar más tiempo a la enseñanza. Hasta Bill Gates ha reconocido el poder de la IA en la educación.
Sergio Calvo, vicerrector de Relaciones Institucionales de la Universidad Europea y director de Comunicación y Asuntos Públicos de Europa Education Group, con presencia en España, Portugal y Latinoamérica, sostiene que es casi una obligación para las instituciones educativas y los propios docentes formarse en inteligencia artificial.

El vicerrector también señala que lo primero que deben hacer los profesores es perderle el miedo a la inteligencia artificial. “Puede que piensen que los va a reemplazar o que no sabrán cómo controlarla, pero en lugar de eso, deben empezar a verla como un aliado en sus labores diarias”, subraya.
Cómo los profesores pueden adoptar la IA en el aula
Para que los profesores adopten la inteligencia artificial en el aula y en sus obligaciones, deben superar ese miedo que menciona Calvo. Una vez identifiquen a la IA como una aliada en su trabajo, el segundo paso es identificar “la mejor manera para que los ayude”.

Esto significa que el docente debe identificar en qué tareas la inteligencia artificial puede ofrecerle apoyo.
Si calificar exámenes le lleva demasiado tiempo, si le cuesta generar ideas para preparar una clase o si no está seguro de cuál es la mejor manera de evaluar un tema: se trata de reconocer esas áreas donde necesita un respaldo adicional y aprovechar las herramientas de IA como aliadas para facilitar su trabajo.
Calvo ejemplifica esta situación señalando que la Universidad Europea cuenta con un comité de inteligencia artificial al que los docentes acuden para compartir sus experiencias y recibir orientación sobre cómo aplicar esta tecnología en su labor diaria.

El vicerrector comenta que uno de los casos más representativos es el uso de herramientas de IA para apoyar en la corrección de trabajos. Estas soluciones realizan una primera evaluación, lo que permite al profesor enfocarse en aspectos más cualitativos del desempeño de sus alumnos.
“Esto es algo curioso, porque la IA está volviendo la educación más humana”, afirma Calvo, al explicar que esta tecnología libera a los docentes de tareas burocráticas y repetitivas, dándoles la oportunidad de ofrecer una enseñanza más personalizada.
Gracias a la inteligencia artificial, es posible diseñar currículos adaptados a las necesidades de cada estudiante y dedicar más tiempo al acompañamiento pedagógico.

En este escenario, el rol del profesor no se reduce, sino que se fortalece, ya que puede concentrarse aún más en el desarrollo individual de sus alumnos.
Finalmente, Calvo señala que incorporar la inteligencia artificial en el ámbito educativo exige a los docentes asumir una mayor responsabilidad, ya que deben analizar con sentido crítico los resultados que esta tecnología les proporciona.
Solo así podrán asegurarse de que su uso no afecte negativamente el proceso de enseñanza y aprendizaje.