
A pesar de su agnosticismo, el actor británico confesó en una entrevista con Fotogramas su interés por los secretos del Vaticano y los recientes acontecimientos en la Iglesia Católica.
En su paso por el BCN Film Fest, Ralph Fiennes llega con una actitud relajada, dejando atrás la vorágine de la campaña de los Oscars, en la que participó de manera más reservada. A pesar de estar muy bien posicionado para una nominación por su aplaudido papel en Cónclave, el actor británico prefirió mantener un perfil bajo, centrando sus esfuerzos en otros proyectos que alimentan su pasión por el teatro y el cine, según publicó Fotogramas.
Fiennes, conocido por sus papeles en Harry Potter, James Bond y Cónclave, se muestra intrigado por los recientes acontecimientos en el Vaticano.

Este renovado interés por el cónclave se vio avivado por la inesperada campaña de marketing en torno a la película, que cobró relevancia tras la muerte del Papa. Fiennes, a pesar de no compartir una fe religiosa, se siente intrigado por los secretos y los procedimientos del cónclave real.
Un Ulises madurado: regreso al cine con “El regreso”
En esta versión, Fiennes interpreta a un Ulises desgastado por el tiempo, un hombre que regresa a Ítaca tras haber perdido todo, excepto su vida. Alejada de las producciones comerciales, esta película se presenta como un viaje íntimo en la vida de un héroe clásico, lejos de los monstruos y dioses, y más cerca de los dilemas humanos.
Acompañado por Juliette Binoche, quien interpreta a Penélope, Fiennes nos entrega una interpretación profunda que, a pesar de no contar con los enormes presupuestos de otros blockbusters, logra capturar la esencia del mito griego.
La experiencia dramática en el rodaje: entre el teatro y el cine
Para Fiennes, el rodaje de El regreso fue más que un simple trabajo cinematográfico; fue una oportunidad para reconectar con el drama en su forma más pura. “Lo curioso del cine es que a menudo no sientes el peso dramático durante el rodaje”, explicó el actor.
Sin embargo, en el set de El regreso, experimentó una intensa presencia del drama, una energía palpable mientras interpretaba a su personaje.
En un momento clave, Fiennes tuvo una revelación dramática durante un viaje a Turquía con Pasolini. Al estar en un anfiteatro abandonado, recitó el monólogo de “La Tempestad” de Shakespeare, algo que surgió espontáneamente en él. “No sé de dónde vino esa necesidad, pero fue algo mágico”, recordó. Este momento marcó un regreso profundo a las raíces del teatro para un actor que lleva décadas buscando su conexión más auténtica con la interpretación.
Anécdota cómica: una confrontación en Epidauro
Fiennes también compartió una divertida anécdota durante su viaje a Grecia. En el famoso teatro de Epidauro, intentó recitar un monólogo para sentirse más cercano a sus raíces teatrales, pero fue interrumpido por un guía turístico turco que insistía en que se callara.
“Fue una especie de batalla de discursos”, contó entre risas. La imagen de Fiennes, un actor reconocido internacionalmente, compitiendo en una guerra de palabras con un guía, es tan absurda como cómica. Es una anécdota que, sin duda, demuestra que el actor no se toma demasiado en serio a sí mismo.
Los personajes inolvidables y la campaña de los Oscars
Aunque Fiennes es conocido por su papel como Voldemort en Harry Potter y M en las películas de James Bond, el actor reflexiona sobre cómo esos personajes siguen dejándole huella. “Una vez que interpretas a un personaje, se te queda dentro”, aseguró, destacando que incluso podría regresar a esos papeles en el futuro, ya que la memoria emocional de un actor nunca desaparece completamente.
A pesar de su éxito, Fiennes confiesa que la experiencia de la campaña de los Oscars puede ser extenuante. “Al principio, cuando te nominan, es una emoción enorme. Pero toda la campaña posterior es agotadora”, explicó.
El actor, que estuvo nominado en dos ocasiones, valora las conexiones personales que surgen durante esa etapa, más allá del bullicio mediático. Entre esos vínculos, mencionó a directores y actores que realmente lo inspiran, como Colman Domingo, con quien formó una amistad tras conocer su trabajo.