
Empleados de la empresa le hicieron una sugerencia a un usuario para que no desgaste la carga del teléfono.
Durante años, cerrar manualmente las aplicaciones en segundo plano fue uno de los consejos más repetidos por usuarios para “ahorrar batería” en los iPhone. La lógica parecía intuitiva: si una app no está en uso, mejor cerrarla y así el sistema podrá funcionar con menos carga. Pero esa práctica puede ser contraproducente.
Empleados de Apple, documentación oficial de la compañía e incluso exingenieros han reiterado que forzar el cierre de aplicaciones no ayuda a reducir el consumo de carga, sino que puede aumentarla innecesariamente.
Por qué cerrar aplicaciones no ayuda a la batería del iPhone
El mito de que cerrar las aplicaciones abiertas ahorra batería se difundió como una norma de “buen uso” de los teléfonos móviles. Pero sucede lo contrario, al cerrar y reabrir constantemente las aplicaciones, el sistema operativo debe volver a cargarlas desde cero, lo que implica un gasto mayor de energía y procesamiento.
En un video en TikTok, un usuario del Reino Unido relató su sorpresa al recibir esta información de parte del personal de un centro técnico oficial de Apple. Mientras esperaba la reparación de su iPhone, el especialista que lo atendía lo observó cerrar una a una todas las aplicaciones abiertas.

A diferencia de lo que ocurre en algunos dispositivos Android, en el entorno Apple las aplicaciones que no están activas se suspenden automáticamente. Es decir, no se siguen ejecutando ni consumen memoria o batería de forma significativa. Simplemente, permanecen “congeladas”, listas para ser reactivadas cuando el usuario las vuelva a necesitar.
Así lo explicó Craig Federighi, vicepresidente senior de Ingeniería de Software de Apple, en un correo electrónico citado por el medio 9to5Mac, al ser consultado sobre si es necesario cerrar apps abiertas, respondió: “No y no”.
Además, la propia página de soporte técnico de Apple establece que una aplicación solo debe forzarse a cerrar si se encuentra tildada o no responde correctamente.

Más allá de las afirmaciones institucionales, las consecuencias técnicas de cerrar aplicaciones pueden ser medibles. Como explicó el tiktoker británico que se hizo viral, cada vez que se cierra una app, iOS debe eliminarla de la memoria y luego volver a cargarla cuando se la quiere usar.
Esa acción implica leer datos desde el almacenamiento interno, reiniciar procesos de sistema y restablecer conexiones, lo cual genera un mayor gasto energético que si simplemente se “despertara” una app ya suspendida.
TechRadar apoyó esta postura, asegurando que “cerrar y volver a abrir aplicaciones podría incluso tener un impacto negativo”. Según su análisis, esta rutina no mejora la duración de la batería, no libera memoria RAM ni beneficia al rendimiento general del teléfono.
Un ejemplo concreto ayuda a comprender esta lógica. Si una persona utiliza constantemente una app de mensajería, pero la cierra después de cada consulta para “ahorrar batería”, el iPhone deberá reiniciar la app por completo cada vez que se vuelva a abrir. Si, en cambio, la deja suspendida en segundo plano, el acceso será casi inmediato y con un menor costo energético.

Cuándo se deben cerrar las aplicaciones en iPhone
Apple asegura que únicamente se deben cerrar manualmente las aplicaciones que se bloquean o dejan de responder. Fuera de esa circunstancia, el cierre constante de apps no tiene ningún efecto beneficioso.
La difusión de este consejo por parte de empleados, técnicos y portavoces de Apple busca cambiar un hábito profundamente arraigado entre los usuarios de iPhone. En lugar de convertirse en una rutina para “cuidar la batería”, cerrar las aplicaciones puede representar una pérdida de energía y un uso ineficiente del sistema operativo.
El cambio de paradigma implica confiar en la arquitectura de iOS. En vez de intervenir manualmente, Apple sugiere dejar que el sistema trabaje por sí solo. Así, el iPhone no solo mantendrá un consumo más eficiente, sino que también prolongará la vida útil de la batería.