Forbes calcula su patrimonio neto en más de 11.300 millones de dólares y la ubica en el puesto 10° entre las mujeres más poderosas del mundo.
El mundo quedó sorprendido en mayo de 2021, cuando Bill Gates y Melinda French anunciaron su divorcio, después de 27 años de matrimonio. Ella estuvo a cargo de la poderosa fundación que compartían hasta mayo de este año, cuando decidió renunciar a su cargo para empezar una nueva etapa en su vida a cargo de una entidad benéfica propia, siempre posicionada como una de las figuras más influyentes en la igualdad de género y los derechos de las mujeres.
Melinda siempre se interesó en el mundo tecnológico gracias a su padre, el ingeniero aeroespacial Ray French, que trabajaba en la compañía Lockheed Martin. Después de especializarse en Matemáticas y Ciencias en la Ursuline Academy of Dallas, su interés viró hacia la Informática. En 1986, con 22 años, obtuvo su Licenciatura en Ciencias de Computación y Economía en la prestigiosa Universidad de Duke. Al año siguiente, completó sus brillantes estudios con una Maestría en Administración de Empresas.
De empleada a millonaria
En ese mismo año 1987, la joven consiguió un puesto de trabajo en Microsoft –la empresa que nacía de la mano de Bill Gates y Paul Allen- que le cambiaría la vida para siempre. Si bien ingresó en el departamento de Marketing de Productos, enseguida se destacó del resto no solamente por su conocimiento profundo del mundo tecnológico sino también por su capacidad de liderazgo.
Una noche, mientras presentaba uno de los productos en una cena de trabajo, conoció a Bill Gates. Tiempo después, quienes trabajaban con ellos contaron que el flechazo fue inmediato, aunque el noviazgo tardó en hacerse público.
Tampoco fue fácil, por la dedicación casi exclusiva de Bill Gates a su trabajo, pero compartían tantos intereses, valores y visiones sobre el mundo que la relación siguió. Y el 1 de enero de 1994 se casaron en una ceremonia íntima en la isla de Lanai, en Hawái.
El trabajo de Melinda French en la fundación
Ese mismo año 1994, el matrimonio creó la Fundación William H. Gates en honor al padre del fundador de Microsoft, para formalizar sus proyectos benéficos y donaciones. Y Melinda dejó la empresa para convertirse en la presidenta de lo que se transformó en una de las organizaciones filantrópicas más grande y poderosa del mundo: la Fundación Bill y Melinda Gates, con los objetivos de mejorar la salud global, reducir la pobreza extrema y ampliar el acceso a la educación.
Tras la sorpresiva separación del matrimonio, la empresaria siguió a cargo de la fundación hasta mayo pasado, cuando poco antes de cumplir 60 años decidió dejar el cargo que había ocupado por tres décadas. Durante el divorcio no solo se dividieron de manera que no trascendió la fortuna –valuada entonces entre 130 y 150 mil millones de dólares-, sino que también recibió acciones de varias compañías –entre ellas AutoNation y Canadian National Railway Co.- por un valor de 1.800 millones de dólares, lo que la confirmó como una de las mujeres más ricas y poderosas del mundo.
Pero además, después de su renuncia, recibió otros 12.500 millones de dólares directamente de la cuenta de su exmarido Bill Gates, destinados a su propia entidad filantrópica, Pivotal Ventures, creada en 2005 para trabajar por la equidad de género y el progreso social de las mujeres. Con un patrimonio neto calculado por Forbes en más de 11.300 millones de dólares, Melinda French se ubica en el puesto 10° entre las mujeres más ricas y poderosas del mundo.