La importancia de los chequeos médicos frecuentes es crucial en la detección temprana de afecciones graves que podrían pasar desapercibidas.
La reacción del cuerpo ante emergencias neurológicas nos permite entender señales que no debemos ignorar. El papel de la medicina de urgencia resulta vital en intervenciones que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Cuando el bienestar es interrumpido por situaciones inesperadas, los cambios en la rutina pueden convertirse en una llamada de atención. La vida moderna nos aleja, muchas veces, de escuchar a nuestro cuerpo, pero las señales están ahí: dolores repentinos, alteraciones visuales o confusiones son advertencias que no deben ser subestimadas. Saber responder ante una emergencia médica puede ser tan importante como prevenirla.
Por otro lado, los avances en neurocirugía han transformado diagnósticos que antes eran sinónimo de tragedia. Hoy, las intervenciones quirúrgicas de alta complejidad logran salvar vidas que hace apenas unos años habrían quedado en riesgo. Cada caso clínico es un recordatorio de cuánto la ciencia ha avanzado y de lo importante que es no dar por sentada nuestra salud.
Qué es una hemorragia intracraneal
La urgencia quirúrgica de Lula da Silva comenzó el 9 de octubre en Brasilia, donde experimentó un fuerte dolor de cabeza. Tras una resonancia magnética en el Hospital Sirio Libanés, se detectó una hemorragia intracraneal, resultado de una caída en el Palacio de la Alvorada hace un mes y medio. Este incidente lo llevó a recibir cinco puntos en la cabeza y a realizar exámenes de control.
Las hemorragias intracraneales son un sangrado dentro del cráneo y pueden ser espontáneas o traumáticas. Las espontáneas generalmente se dan cuando hay un ACV hemorrágico o también se puede dar con alguna malformación vascular como aneurismas cerebrales que se rompan. Las hemorragias traumáticas se dan porque el cráneo recibe un golpe por un accidente de tránsito, una caída, etcétera. Dependiendo de la ubicación en donde se encuentran, hay distintos tipos”, relata el médico neurocirujano Matías Baldoncini (MN: 135985).
“El hematoma subdural, como el de Lula, ni bien se produce, es un hematoma subdural crónico que forma un coágulo de sangre como si fuera una estructura gelatinosa. Después de 3-4 semanas, ese hematoma se va licuando y forma una estructura de dos hojas, como dos paredes, con un líquido adentro, es decir, un líquido como si fueras aceitoso y fue lo que le pasó a Lula”, agrega.
La operación de Lula
“El hematoma subduralcerebral se trata con dos técnicas sucesivas y complementarias, la secuencia depende del estado del paciente. Si es importante, se opera a cielo abierto por un pequeño orificio y se evacua la sangre y a posteriori se asegura que no haya resangrado o recidiva con una embolización de la arteria meníngea media con partículas muy pequeñas de 150 a 250 micrones de diámetro para que no llegue más sangre al hematoma y evitar así el resangrado del mismo. A veces, se hace primero la embolización y luego la cirugía. En este caso, los médicos prefirieron descomprimir el hematoma primero y luego embolizarlo. Son procedimientos rutinarios ambos de antigua data que tienen evidencia científica”, subraya el neurocirujano y director general de la clínica Sagrada Familia, el Dr. Pedro Lylyk (MN 44976).
Síntomas y prevención
“En un paciente como Lula, que es un paciente adulto mayor, los hematomas subdurales se suelen producir porque cuando se produce el impacto a nivel craneal, el cerebro se moviliza y al movilizar el cerebro también se movilizan las venas que drenan la sangre cerebral y se puede producir una pequeña laceración, un pequeño corte en alguna de estas venas que empieza a sangrar. Ese es el mecanismo de formación de un hematoma subdural que con el paso del tiempo pasa de ser agudo a crónico”, comenta Baldoncini.
Los síntomas que puede tener un paciente con una hemorragia intracraneana, dependiendo de la ubicación y dependiendo del tamaño, pueden ser:
Dolor de cabeza.
Visión borrosa.
Dificultad para mover una parte del cuerpo (generalmente la parte contralateral al hematoma).
En hematomas muy importantes, puede haber deterioro neurológico severo, llevar al coma o incluso hasta la muerte.
Baldoncini resalta que generalmente los hematomas subdurales crónicos se dan en pacientes adultos mayores y son secundarios a caídas o a golpes. Las recomendaciones que se dan para los pacientes adultos mayores son:
Tener superficies en su domicilio en un mismo nivel para evitar los escalones.
Tener barrales en el baño para poder sujetarse cuando van a bañarse.
Usar un calzado cómodo, no deslizable, para evitar tropezones o caídas dentro de la casa.
“Para la evolución postoperatoria hay que evaluar el estado neurológico previo a la cirugía. Generalmente estos pacientes no tienen síntomas o son muy leves, entonces la recuperación posoperatoria suelen ser muy favorable, requiriendo en muchos casos una buena alimentación y rehabilitación con equipos de kinesiología”, cierra.