Los usuarios de todo el país están empezando a percibir en sus boletas el aumento que se aplicó desde el 1° de abril. El mes que viene empieza un período de transición en el que el Gobierno buscará reducir subsidios
Los usuarios del servicio de gas en todo el país están recibiendo en estas horas boletas con aumentos del orden del 442% en promedio, correspondientes a los consumos de los últimos meses. De esa manera, las boletas que llegan a los hogares empiezan a percibir el último aumento al servicio que decidió el Gobierno antes del congelamiento, aplicado a partir de mayo, que buscó ayudar a marcar números de inflación mensual claramente descendentes.
Clientes de distribuidoras como Metrogas, Naturgy, Camuzzi y sus equivalentes en todo el país sufren en estos días el doble impacto de la estacionalidad y los aumentos. Por un lado, la gradual baja de las temperaturas —las más bajas, de mayo, todavía no están teniendo su impacto— tiende a aumentar el consumo respecto a los meses de verano y, por el otro, el ajuste decidido por el Gobierno.
“Los incrementos tarifarios dispuestos a partir del mes de abril de 2024 fueron significativos en los distintos segmentos, producto de la recomposición del precio del gas natural en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST), del Valor Agregado de Distribución (VAD) y del Valor Agregado de Transporte (VAT)”, resume un informe de la consultora Economía y Energía.
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“En los usuarios residenciales, los incrementos en las tarifas finales en el mes de abril estarán en torno al 343% para los usuarios de Nivel 1, al 559% para los hogares de ingresos bajos (Nivel 2) y del 424% para los de ingresos medios (Nivel 3)”, sostuvo el informe.
Gráfico de Economía y Energía
Por supuesto, de acuerdo al consumo y a cada caso en particular, los avances pueden ser mayores o menores. Los incrementos planteados son un promedio.
Fuera del universo residencial, además, las subas son mucho más notorias. Los cálculos de la consultora conducida por Nicolás Arceo llegan al 1.140% para usuarios comerciales e industriales, si es que están en la categoría SGP 1, la más alta.
Un usuario hogareño de Metrogas, por ejemplo, pasó de pagar en mayo $2.047 a $26.478 en la factura que vence en los primeros días de junio, con un fuerte salto en el consumo de más del 200% ya que parte desde los 54 m3 e un caso hasta los 170 m3 en el mes siguiente. En otro caso, misma distribuidora, una factura a la que accedió este medio salta de $804 a $3.508 de un mes a otro. Son subas de casi 1.200% y del 336%, que muestran que la variabilidad en el caso por caso es enorme y que depende mucho del consumo. Pero los usuarios deberían estar advertidos: hay que esperar sorpresas.
Los aumentos en materia de gas, al menos, tienen la compensación de que las boletas de energía eléctrica no registran aumentos por el servicio desde el 1° de febrero. Con todo, las boletas pueden encontrar subas, sobre todo si un hogar depende de la electricidad para calefaccionarse en tiempos de baja temperatura.
Una boleta porteña con aumento del 200% en el consumo y del 1.200% en el monto
Estas subas, explica Arceo, apenas si logran aumentar en términos reales lo que pagan los usuarios. Las boletas de electricidad, en lo que hace a los costos del servicio, todavía están 13% por debajo de mismo mes del año pasado en términos reales (esto es, descontando la inflación de los últimos 12 meses). Las tarifas de gas, en cambio, tienen una leve suba interanual real.
Más subas por venir
Pero este aumento, en un contexto de inflación todavía caliente para los dañados ingresos de las familias argentinas, no es más que un inicio. La tarea de ajustar precios relativos a la que se abocó el equipo económico liderado por Luis Caputo apenas si recién empieza.
Las facturas de un usuario del Gran Buenos Aires
Hoy, los usuarios de ingresos bajos (N2) pagan con sus boletas solo el 4% del costo de generación eléctrica y el 14% del costo de abastecimiento de gas. Los hogares de ingresos medios (N3) pagan un 5% del costo de electricidad y 20% del gas, según cálculos del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), que depende de la UBA y el Conicet.
A partir de junio, mientras tanto, Caputo y su equipo van a tener en sus manos las variables de tarifas y subsidios para empezar a recorrer el camino en dirección a una mayor cobertura por parte de los usuarios del costo real de los servicios.
Días atrás, el Gobierno dio a conocer a través del Boletín Oficial que el período junio-noviembre sería un “período de transición” desde un sistema de subsidios generalizados a un nuevo método de subsidios focalizados. En el período la Secretaría de Energía tendrá amplias facultades para aplicar aumentos a todos los usuarios, N1, N3 y N2. El período, prorrogable por seis meses más, tiene el objetivo de actualizar las tarifas de energía para reducir la necesidad de subsidios y continuar el camino en dirección a la total desaparición del déficit fiscal. Cuando y cómo habrá aumentos todavía no se dio a conocer.
Por lo pronto, la discrecionalidad será la norma, con lo cual habrá que esperar más definiciones.
FUENTE: INFOBAE