La reina del pop estadounidense convirtió la playa de Copacabana en una macro discoteca
Dos horas y media de espectáculo, varios cambios de vestimenta y un no parar de bailar. Así fue el histórico concierto gratuito que ofreció Madonna la noche de este sábado en Brasil como broche final a la gira de conmemoración de sus 40 años de carrera. Arropada por más de 1,5 millones de almas, la cantante estadounidense cumplió todas las expectativas y convirtió la playa de Copacabana en una auténtica macro discoteca llena de color.
La actuación arrancó pasadas las diez y media de la noche (hora local). Y no defraudó. El público, en su mayoría mujeres y personas del colectivo LGTBI+, apenas tuvo tiempo para parar descansar. Subida en un inmenso escenario de 800 metros cuadrados, Madonna no dio respiro alguno.
Fue encadenando los éxitos más destacados de su carrera. No faltaron las conocidas canciones ‘Like a Virgin’, ‘Vogue’, ‘Holiday’, ‘Like a prayer’ o ‘La isla bonita’. Y como ya es habitual, impresionó con sus repetidos cambios de ‘look’. Vistió, entre otras prendas, un traje con los colores amarillo y verde, propios de la bandera brasileña, con los que también descoró sus uñas.
Madonna se fue ganando al público por minutos. «¡Aquí estamos, Rio, el lugar más bonito del mundo!», dijo en el comienzo del espectáculo. Su interpretación de ‘Nothing Really Matters’ fue el inicio de un concierto en el que no paró de derrochar energía. Sacó su parte más erótica, pero también la maternal. Y quizás uno de los momentos más emotivos fue cuando subió al escenario a un conjunto de niños percusionistas de una escuela de samba para acompañarla en la interpretación de ‘La isla bonita’, en la que vistió la camiseta de la selección brasileña de fútbol y en la que se presentó junto a la cantante y drag queen Pabllo Vittar.
A través de su música también tuvo tiempo para homenajear a grandes músicos como Prince o Michael Jackson, a personalidades brasileñas que murieron de sida y a líderes negros.
60 millones de dólares
No fue casualidad que la diva de 65 años eligiese Brasil para poner fin a su gira. Durante la presentación declaró su amor por el país e incluso reconoció que no había un lugar mejor para el concierto que la playa de Copacabana. El concierto fue histórico para Madonna por dos razones. Primero porque nunca antes había actuado ante tantas personas. Y segundo, porque la actuación registró una movilización de cerca de 60 millones de dólares.
Las autoridades estadounidenses aún no han hecho pública la cifra final de asistentes, pero todo apunta a que Madonna ha logrado superar al concierto de los Rolling Stones de febrero 2006. Los británicos lograron atraer también a 1,5 millones de personas también en la playa de Copacabana.